Después de varias salidas nocturnas por el Pagasarri, esta
vez le ha tocado el turno al Mandoia. Sergio se ha animado a venir, y aunque ha
habido ausencias notables al final nos hemos juntado ocho frikis de la bici.
A las ocho y media estábamos Sergio y yo subiendo para la
plaza y al llegar ya estaba Jorge el Galdakleta con Alex, Javi el de Giant y
Josean. Luego ha llegado Fernán.
Con Jorge habíamos quedado en Arrigorriaga y para allí nos
hemos ido. No acabábamos de salir y ya han empezado las hostilidades con un
Sergio demasiado feliz y contento que salía todo ciclado.
El resto nos íbamos estirando y al bajar la cuesta de la
paja en Arrigorriaga, varios siguieron a Sergio saltándose el túnel donde habíamos
quedado con Jorge. Después de unos gritos y que Josean y Fernán les trajeran de
vuelta, esperamos un rato hasta que ha llegado.
Luego nos fuimos dirección las canteras de Zaratamo donde
Sergio con el Galdakakleta ha salido escopetado. La noche era más o menos
clara, porque la luna estaba curiosa y ha salido a ver qué tal nos iba. Eso si,
por allí los focos de Josean y Fernán eran los más cañeros, el de Sergio
tampoco era cosa de broma y el del Galdakaleta era no más que un mechero.
Poco a poco empezamos a salirnos de la carretera para ir
tomando la subida para Upo y allí los Jorges, con Alex y Sergio salen
escopetados. Javi, Fernán, Josean y yo queremos charlar con Jason más
tranquilos y nos lo tomamos con calma. Las rampas que nos vamos encontrando no
son para muchas prisas.
Giramos para el camino de la valla de explosivos y Alex nos
espera. De los otros tres ni se les ve. La cosa transcurre entre risas hasta
llegar a la torreta de alta tensión donde esperaban los más rápidos y cobardes
del lugar.
Luego seguimos para adelante haciendo amago en la entrada de
la cerilla, pero sin llegar a entrar seguimos hasta llegar al camino de subida
de la presa Lekubaso. Allí el Galdakleta lo paso un poco mal porque se dio
cuenta que es importante llevar luz. Solo Edorta es capaz de seguir por el
monte llevando un mechero..
En la subida siguieron los ataques hasta llegar a la vaquería
y de allí tiramos para el Mandoia. Al llegar a la caseta de los cazadores le
dije a Sergio que nos metiéramos por allí, como en anteriores veces y subimos
por allí. El paso esta perfecto y el único problema son los grandes charcos que
hay antes de llegar al camino. El paso sigue muy bien con lo que no hubo
problemas allí. Seguimos un rato por el camino principal pero luego volvimos a
subir por el lateral de la montaña, por el cresterio por dónde va la Joserra.
Bajamos la cuesta del cruce de la pata de gallina todos muy
bien excepto el Galdakleta, que el pobre no veía una castaña.
Luego seguimos para el cruce del monolito pero al final
decidimos subir para el buzón. La subida como siempre con prisas por parte de
los más rápidos y el resto algo mas pausados, con ganas de hacer ganas de cenar
pero sin dejarnos el pulmón en la subida.
Las rampas de subida estaban en muy mal estado, con la
piedra muy suelta y casi todos pusimos el pie en tierra para subir. En la
segunda quise subir por dentro y la verdad es que no me salió muy bien, y prácticamente
subí toda la cuesta empujando.
En el buzón cena a base de chorizo, jamón y demás, donde nos
pusimos morados. Aprovechamos para estar de charleta y haciendo mil y una
pruebas con luces, baterías y demás. Sergio, que le ha dado un poco de pena el
Galdakleta, le ha dejado la linterna pequeña para que la lleve, mientras el
baja con el foco.
En la bajada nos dividimos. Sergio, Jorge y yo bajamos por
el barranco y el resto por el camino normal. Lo cierto es que se baja bien por el
barranco. No hay prácticamente ningún problema para bajar por allí. La idea es
ir hasta el monolito y para allí vamos.
Al llegar al monolito, la noche esta perfecta y queda increíble
ver al resto de los bikers llegar con las luces puestas. Parece Encuentros en
la tercera fase…
Luego bajada a toda leche para la vaquería, donde Josean
tiene algún percance por el foco nuevo y se queda prácticamente a ciegas. Menos
mal que lo controla y puede volver a poner a funcionar el sistema.
Luego, aunque hay varias opciones para la bajada, decidimos
ir por donde se va mas rápido por la hora que es y bajamos por las cuestas de
cemento, las cuales son más peligrosas que cualquier trialera que hagamos. Una
castaña bajar por allí pero bueno, bajamos para Arrigorriaga y dejamos a Jorge
allí y el resto continuamos para Basauri.
En Basauri cada mochuelo a su olivo y para casa que al día
siguiente hay que trabajar algunos, otros están de fiesta…
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Saludos
la mejor salida nocturna que he hecho. esta claro que el mandoia es otra experiencia!
ResponderEliminarpara la proxima hay que legir todavia algo mas salvaje, tipo amboto...
No tengo puntos travel suficientes para una de esas.
ResponderEliminarJosean, ni el tampoco los tiene.... jajaja
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