Ayer me comentó Sergio que sobre las siete y pico de la tarde quería pasar por el Vivero con Lara a dar un paseo y si me quería animar a salir. La idea era buena porque desde el sábado no me había subido a la bici.
El lunes me ha dado pereza, el martes me había sido imposible y el miércoles, un paseo por el Vivero no me iba a hacer ningún mal.
Quede con ellos en la subida a la presa Arantxille. Ellos venían en coche desde Bilbao y yo en bici desde Basauri.