Y después la Lluvia

  Este es un día de esos que casi hubiera sido mejor no salir. A las 9 el día estaba con un pequeño resolillo pero algo mustio. Mientras llegaba Javi a la rotonda donde el monolito de Basauri, he estado mirando un poco el horizonte y se apreciaba por Santurce una niebla que no me gustaba un pelo.

  Hemos salido dirección Begoña hablando tranquilamente. Aunque mi idea era llevar algo más altas las pulsaciones, al salir con Javi he tenido que ir algo más bajo de lo que hubiera sido lo ideal. No me importa, por lo menos salgo con alguien y puedo ir charlando, que solo es tremendamente aburrido.

  Subiendo la Col de Begoña me he dado cuenta que la bici hacia un ruidito raro en la rueda trasera, pero no le he dado mayor importancia hasta que he llegado arriba. Al ir para el cambio de sentido que nos lleva a la bajada del Ayuntamiento he notado ya un ruido fuerte y he creído que había pasado con la bici encima de algo y que eso había sonado. Soy un feliciano si..

  Mientras estábamos parados en el semáforo me he dado cuenta que al mover el pedal para adelante, la bici ni se meneaba. Daba igual diera pedales para adelante que para atrás y le he comentado a Javi que algo no iba bien. Hemos decidido bajar al Ayuntamiento y meternos en el Bidegorri para ver si era cosa mía o realmente algo estaba fallando.

  Al bajar al Ayuntamiento no das pedales, con lo que la bajada sin problemas, pero al llegar a la rotonda he notado que no engranaba y que de repente engranaba dando un golpe fuerte. Nos ha costado poder pasarnos al Bidegorri, pero una vez en el he comprobado que algo estaba mal. No sabía si era el casette, el cual es relativamente nuevo o qué demonios era, con lo que hemos decidido ir poco a poco a donde Maestre.

  Era un poco pronto y estaba aun cerrado. Hemos decidido ir a un Bar que está en la esquina. El fulano nos ha puesto mala cara cuando le hemos pedido entrar con las bicis, pero mi bici no la dejo en la calle, vale más que su bar. No llevábamos tres minutos cuando ha aparecido Aitor, el mecánico de Maestre, que nos había visto ir y nos ha preguntado que le pasaba a la bici. Le he comentado y mientras acabábamos de tomar el desayuno en el bar se ha llevado la bici a la tienda.

  Cuando ha abierto hemos entrado y me ha comentado que era cosa del Buge, que el sistema lleva unos muelles que parece que han roto por la acumulación de porquería. Supongo que entre que el otoño ha sido malo de barro y agua, y si le añadimos que no había día que la bici no pasara por la gasolinera, pues ha terminado por joderse. Tendré que poner fechas para revisiones en los Buges. Otra mierda más a sumar… esto es una ruina.

  Me ha comentado Aitor que no tenía las piezas allí y que hay que pedir. Para que pudiéramos seguir me ha puesto una rueda que tenía el por allí en un momento. Son pequeños detalles que hacen que aunque pagues un poco por reparar las cosas, siempre puedes contar con Aitor para que te saque del entuerto. Un 10 para él, como siempre.

  Como ya salíamos con demasiado tiempo perdido, le he comentado a Javi para hacer simplemente un Txorierri. Mañana se que no voy a salir, porque dicen que llega otra vez el fin del mundo. Vamos, que va a llover.

  Volvimos desde Pozas para Deusto e hicimos como siempre la ruta por la carretera de la ría, por San Ignacio, Erandio, etc... Al llegar a la Dársena de Lamiako, nos metimos por allí para ir a Romo y luego seguimos por la rotonda de Romo para Leioa. En ese punto ya notamos como empezaba a chispear un poco. El cielo ya estaba de un gris plomo feo feo. Al llegar a la rotonda donde se puede ir para la universidad, para la central de la Ertzaina o para Astrabudua, y fue para Astrabudua para donde giramos. Allí fue donde llego la lluvia más fuerte y nos hizo girar para intentar volver por la carretera de la ría. Si seguíamos para el Txorierri, nos quedaban muchos kilómetros para hacer y realmente la cosa se estaba poniendo fea.

  Paramos para ponernos los chubasqueros y quitar del alcance del agua todo lo que fuera susceptible de dañarse como los móviles, etc.. y vuelta para Bilbao.

  Para cuando hemos llegado a Bilbao ya llevábamos una chupa cojonuda. En Bilbao hemos dudado un poco que ruta seguir y al final se ha decidido volver sobre nuestros pasos y subir la cuesta del Ayuntamiento para Begoña y volver por la general de Galdakao.

  Durante todo el camino de vuelta hemos vuelto charlando y mojándonos, pero después de pasar la rotonda de Santutxu, hemos bajado la recta y desde allí hasta llegar a Basauri hemos apretado un poco porque ya llevábamos ganas de llegar y dejar de mojarnos.

  Solo han sido un par de horas y la verdad que después de todo lo que ha pasado es mejor eso que nada. Mañana veo que tocara sesión de Spinning, con lo que intentaré estrenar el sensor de Cadencia Polar que he comprado a ver qué tal llevo las cadencias de pedaleo. Ya os contaré..

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