Vuelta al Parque Natural del Gorbeia

  Hemos vuelto al mismo recorrido que hicimos el 13 de Diciembre. Esta vez había más luz y nadie nos tiraba esos molestos copos blancos, más bien alguien se ha dejado la calefacción puesta y el calor hoy ha sido la nota dominante en todo el recorrido.

  Hoy había quedado con Sergio a las 7:30 de la mañana para ir con tranquilidad a la gasolinera de Murgia. Al llegar hemos tenido la primera sorpresa del día, allí estaba Manu con su nueva y flamante Specialized del tamaño de un caballo de carreras. Este jueves le han dado la Stumpjumper Comp 2010 y aunque había ya salido por el Vivero a darse un paseo andaba como un niño con zapatos nuevos con la maquina. Poco a poco ha ido llegando la gente y nos hemos juntado unos cuantos. La verdad es que no sé cuantos, cerca de 22 aproximadamente. Hoy ha vuelto a salir Antonio, después de que habíamos pensado que lo habíamos perdido para la práctica del montain bike, aunque ha sufrido de lo lindo en el recorrido. Por cierto, Atxio también ha salido hoy porque no se pierde una salida de estas el tío.

  Al final hemos salido más tarde de la hora prevista entre charlas y fotos, pero algo antes que la vez anterior. A las 8:40 hemos salido de la gasolinera dirección Zarate por la carretera, pero en vez de subir por allí como cuando vamos a la cumbre del Gorbea, hemos seguido la carretera para pasar por el pueblo de Manurga para ir por carretera hasta unos embalses del Gorbea. Antes de llegar me he dado cuenta que no veía a Sergio y he preguntado donde andaba y me habían comentado que se había quedado retrasado por culpa de la cadena. He vuelto sobre mis pasos para ver donde andaba y al final me lo he encontrado volviendo con Txopo, algo despistados los dos, porque ninguno sabía bien por dónde ir. Una vez pasado el embalse, después del parking, hemos dejado la carretera y nos hemos metido en el bosque de Auskeriza. Allí nos hemos mojado los pies pasando el riachuelo. No recuerdo en Diciembre si también pasamos el rio de esa manera pero juraría que no me moje los pies.

  Hemos seguido por un camino muy tranquilo por allí hablando el grupito en general pasando por un terreno un poco rompe piernas con bajadas y subidas pero con buen firme para acercarnos a la subida que nos lleva a la campa de Arimekorta. En la subida hemos pasado con el pelotón ciertamente estirado por el bosque oscuro, que es de lo más bonito de la ruta. El firme es como si fuera adoquinado y prácticamente se hace de noche al entrar. Sobre todo en los días de mucha luz como hoy. Poco a poco hemos ido llegando a la campa de Arimekorta, la cual tiene unas vistas increíbles de la bajada del Gorbea,  y nos hemos rejuntado todo el grupo junto al refugio. El mismo refugio en el que la pasada vez pasamos más frio que unos tontos esperando a Javi, Josean y Sergio que estaban arreglando el pinchazo del primero.

  Hemos comido un poco fuera y hemos bajado por la pista de cemento para Zeanuri y he recordado bajando el frio que pase allí en las manos en diciembre. ¡Lo que cambian las cosas!

  La bajada es rapidísima y creo que he dejado media pastilla de cada rueda frenando porque a la mínima se aceleraba tremendamente la bicicleta. El recorrido sigue siendo un rompe piernas con constantes subidas y bajadas hasta llegar a la carretera que nos lleva a Pagomakurre. La subida no se acaba y esta vez dejamos ya el cemento para meternos por camino y subir a las campas de Arraba. En la subida Manolo, Txetxu and cia han salido escopetados, bueno, Txetxu ha salido escopetado en toda la mañana, y el resto por detrás hemos subido en fila india poco a poco. En la subida estaba delante de mi Leo, al cual le he dicho que le veía muy bien pero poco a poco se ha desfondado y se ha quedado por detrás de mí. En la subida me he visto bien pero no he querido forzar a sabiendas que aun quedaba mucho y que ayer hicimos también una salida muy fuerte y que podía pagar el precio de mucho esfuerzo. Al llegar a las campas he ido al albergue de Sopeña. Cuando he llegado Manolo estaba a punto de ir con el resto de la avanzadilla a por agua fresca a la fuente que está a unos 150 metros. Yo me he quedado con Sergio mientras estaba arreglando la cadena. Hemos aprovechado a sacarnos algo de beber en el alberge aunque a Txetxu le ha apetecido más unos huevos fritos con chorizo. Leo no se ha quedado atrás y se ha sacado un bocata de tortilla con chorizo que no se lo saltaba un gitano. Vaya cracks los dos. Txetxu ha dejado la bici junto al San Bernardo que está a la puerta y varias veces hemos temido que a la bestia le gustara el carbono y le pegara un tarisco. Si lo hace ya le veo a Txetxu comprando otra. Después de un rato y de que descansaran los más rezagados un poco, hemos continuado la marcha.

  La marcha ha continuado por el paso de Aldape, el cual se hace perfectamente haciendo el noble arte del empujabike. Cuando pasábamos creo que era hora punta y salía todo el mundo de dios sabe donde porque nos hemos cruzado en un momento con un tremendo pelotón de montañeros que llegaban de lado de Eguiriñao. Allí hemos bajado por la ladera para luego empezar a subir una tremenda cuesta que no sé cómo se llama y que parece no tener final. Es más, damos una curva y cuando creemos que hemos llegado, aparece en nuestras narices una rampa tremenda que acaba en el alto con un montón de nieve en un lateral del camino. Esa rampa ha sido muy dura para casi todos, y digo casi todos porque Manolo no ha tenido suficiente y ha subido unos 300 metros más por una campa y espero que si pone las fotos sean lo suficientemente buenas porque nos ha dejado acojonados a todos. Bueno, por lo menos a mí. Va sobrado.

  Una vez que Antonio ha cogido un poco de aire, tocaba bajar, algo que normalmente se hace de buena gana después de subir lo que habíamos subido pero joder, la bajada estaba muy rota, con unos pasos de agua formando una uve tremendamente peligrosa y mucha piedra suelta. Hemos bajado donde están los corrales donde en invierno paramos y sacamos varias fotos. Hemos vuelto a esperar a todos para seguir todos juntos el último repecho que nos queda. El camino está muy roto y aunque la subida no es muy dura, el camino hace que estemos constantemente pendientes de no darnos una torta. Antes de empezar a subir hemos tenido que espantar a varias rubias de grandes ubres que ocupaban el camino. Serian turistas…

  El paso por allí ha dejado una víctima, bueno, se ha cobrado el cambio trasero de José Mari. Gracias a dios que prácticamente ha sido al final y le han podido apañar un sistema sin cambio para que hiciera lo que quedaba del resto del camino. Mientras esperábamos en el empiece de la bajada de piedras y mientras Txetxu andaba dios sabe dónde, Antonio le ha dado tiempo a tumbarse un rato y recuperar aliento.

  Cuando han ido llegando todos los que faltaban con José Mari, hemos bajado algunos los primeros metros haciendo empujabike (noble arte) para luego empezar a bajar por las laderas que nos llevan a Sarria por el Rio Bayas. En la primera ladera, Leo, que bajaba enchufado, se le ha cruzado el bocata de tortilla de chorizo (Goyo eres un crack) y se ha dado un leñazo importante. Ha estado un rato tumbado como grogi hasta que se ha empezado a descojonar y después de ver que no tenía nada más que unos rasguños en la pierna, brazo y el orgullo, hemos continuado dirección a Sarria.

  Después de bajar todo el camino para llegar a Murgia ha sido de charleta y hemos realizado los últimos kilómetros distendidamente hablando unos con otros. Eso sí, al llegar a Murgia ninguno teníamos ni idea por donde ir a la gasolinera y una señora muy amable nos ha indicado. Que no digan que en Murgia son todos mal educados.

  Limpieza de bici, montar en el coche y a casa a ducharse y comer algo. Bueno y una buena siesta también.

Al final del recorrido he tenido dos amagos de subirse la bola, pero estoy contento de cómo he ido todo el recorrido después del palizón del fin de semana. 97 kilómetros entre el sábado y el domingo.

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